Criar uma Loja Virtual Grátis


Total de visitas: 16614

La Nada

La Nada

A veces me apetece la Nada.

No es el morirse y de pronto volverse espíritu.

No es un quedar súbitamente en otra forma de existencia insospecha(da).

No es el agarrarse, con las dos manos, a un ovni que pasara y de repente conseguir alcanzarse a un mundo inimaginable y al final haberse remitido a la mierda la Tierra junto con todas sus cosas, igual que lo hizo Enoc – y volverse aún más angustiado al saberse que ni tampoco de tal manera uno quedó libre de su contingencia natural...

Es precisamente la Nada: la inexistencia.

Simplemente no existir.

Nada ver; nada oír; nada tocar; ni siquiera ser portador de lo más ínfimo pensamiento, incluso el pensamiento vacío de ideas y que al menos detuviera la ligera impresión de una vacuidad de sensación, igual que en Mishima.

No serse sujeto de la más sencilla condición de conocimiento que pudiera serse, tampoco.

Es la Nada total: no existir en absoluto. Ni mismo mientras pobre vestigio – o como pura posibilidad.

A veces apetece, enteramente, la Nada.

 

26 de febrero, 2014.