Edmundo Vallellano Castellano/Español

La Existencia no se resume a esta forma de existencia a la que denominamos «vida». La vida es una parte de la existencia, que, sin embargo, no la agota.

El pensamiento existe y todavía no tiene vida como la tiene la mano de uno cualquiera. Y existe mucho más real, además, ya que el pensamiento, mientras capacidad (fuerza) de razonamiento y no como un simple ejercicio mental [o sea: mientras condición de con(s)ciencia y no como sencillo ejercicio de silogística], no pasa, al paso que la vida fluye en cada momento y ya no será igual en el segundo temporal inmediato.

Existe necesariamente una repercusión, una reverberación, de todos los sentimientos que experimentamos, de todos los momentos buenos por los que pasamos y de todo lo que vivimos. Y eso ya está como que inscrito en los «registros de los tiempos» bajo principios de constitución electromagnéticos. Y ahí está la verdadera realidad, que es la "existencia que no pasa", no en el espejismo pasajero del flujo natural de los fenómenos y hechos.